Por: Josep Puig
Hoy echamos un vistazo al MOBA en tercera persona de Hi-Rez Studios, Smite, una batalla entre dioses e inmortales de todas las religiones y mitologías con algunos giros muy originales. Seamos honestos el género MOBA está lleno de juegos que intentan (aunque no demasiado) reinventar el género, y ofrecer una experiencia de juego única. Pero con Smite realmente sentimos que los desarrolladores han conseguido crear algo distinto, y la perspectiva en tercera persona lo que cambia completamente la estrategia del juego.
Tengo bastante experiencia en los MOBA, habiendo jugado mucho a League of Legends, Dota, Dota 2, Heroes of Newerth y habiendo probado recientemente juegos como Infinite Crisis, Merc Elite, y podemos decir que el juego ofrece algo completamente único al género, y nos dio la sensación de estar jugando a un juego completamente distinto. La sensación apremiante de que alguien nos podía emboscar en cualquier instante desde la jungla , lo que pasó en muchas ocasiones, es emocionante y la verdad es que resulta muy divertido.
El núcleo del juego es muy similar al que pueden tener League of Legends o Dota, tienes caminos marcados, torres, bases y esbirros, a los que tendrás que ir derrotando para avanzar, aunque en los distintos modos hay diferentes variaciones, como que haya un solo camino y mucha jungla, un campo de batalla sin jungla, dos caminos, etc… para nuestro análisis probamos el clásico modo con tres rutas. Otro punto a destacar son los controles, te mueves usando las teclas WASD, y la verdad es que resulta muy fácil controlarlos, y te haces con ellos rápidamente.
Hay algunos añadidos al juego que cambian el núcleo de lo que podemos ver en los MOBAS típicos, que principalmente son las torres fénix y los titanes. Cada equipo tiene un titán en su base, un PNJ controlado por la IA, que el equipo contrario tendrá que derrotar para conseguir la victoria; estos titanes tienen mucha salud, hacen mucho daño, y es necesario atacar en equipo para poder vencerlo, lo que casi crea un subjuego dentro de cada partida. El fénix está en el exterior de cada base, al final de cada ruta, y es una especie de “supertorre” que es muy poderosa, y que regenera constantemente su salud, y que incluso tras ser derrotada renace al cabo de unos minutos; al ser derrotado, los esbirros del equipo que lo haya vencido se equiparán con armas llameantes que tendrán más salud y harán más daño.
En nuestra primera partida, la mayoría de nuestro equipo eran tan novatos como nosotros, y solo teníamos acceso a los dioses iniciales. Esto provocó que al principio, nuestro equipo no se coordinase, que prácticamente no nos comunicásemos, y que muriésemos muchas veces por emboscadas del equipo contrario; aún así fue endiabladamente divertido.
Perdimos rápidamente la mayoría de las torres de nuestras líneas, pero el equipo contrario tuvo muchas dificultades para acabar con nuestro fénix, y al llegar al titán fueron aniquilados, y nuestro equipo consiguió reagruparse y contratacar. Tras 30 minutos de intensas batallas, ataques y contrataques el equipo contrario consiguió hacerse con la victoria, aunque en todo momento tuvimos la sensación de que podíamos remontar y hacernos con la victoria. Para muchos jugadores uno de los mayores problemas es que los juegos MOBA es que no son lo suficientemente casuales, ya que las partidas pueden ser muy largas. Dicho esto, el juego es divertido, emocionante y sin lugar a dudas es una experiencia digna de ser probada.
CALIFICACIONES
- Lo mejor: Un soplo de aire fresco en un género algo saturado.
- Lo Peor: Las partidas son muy largas, lo que puede alejar a los jugadores casuales.
- Mecánicas: 8.5
- Gráficos: 8
- Sonido: 8
Nota Final: 8/10
Por: Josep Puig
Deja tu comentario
You must be logged in to post a comment.